No podemos negar que preparar oposiciones es algo que impone respeto. Todos tenemos referencias y hemos escuchado cómo se puede dar la situación de que los nervios ante la experiencia definitiva de estar delante de los exámenes, hagan que se frustre todo un trabajo concienzudo de preparación realizado durante meses.
Además, aunque no suele ser lo habitual, puede darse la circunstancia de que el tiempo que se produzca entre convocatorias para puestos similares, se alargue más de lo previsto en algunas situaciones muy específicas.
Por todo ello, te planteamos la opción, a veces desconocida para algunos aspirantes a formar parte del cuerpo de funcionarios de las diferentes administraciones sea cual sea su ámbito territorial, de presentarte a las diferentes ‘bolsas de trabajo’ que convocan algunos organismos en previsión de posibles necesidades de cubrir con urgencia ciertos puestos de trabajo público.
Las ventajas son varias y no tienes nada que perder. Piensa, por un lado, que a la larga aumentan tu baremo de méritos para las convocatorias que se articulen bajo la fórmula de concurso-oposición. Pero, además, lo normal es que tengas que realizar un ejercicio, más o menos similar a los que se exigen en una oposición, y por lo tanto te servirá como una inmejorable experiencia práctica, una forma de tomar contacto con lo que te vas a encontrar en el momento de las pruebas definitivas. Las consecuencias de este intento podrás utilizarlas para subsanar de antemano las dificultades que te ha causado.
Y, está claro que, si logras una buena posición en la lista que saldrá de ese proceso de selección, tienes claras opciones a empezar a trabajar en el sector público, aunque sea con categoría de personal laboral temporal. Piénsalo, porque lo importante es que te ayuda a seguir moviéndote y preparándote dentro del universo de la función pública que es hacia donde quieres orientar tu futuro.